Canal de Castilla. Agua y piedra en el paisaje
Ya está en los quioscos de toda España la edición de abril de la prestigiosa revista Geo, que en este mes incluye un artículo de diez páginas sobre Canal Castilla realizado por Cardinalia Factoría de Contenidos.

El Canal de Castilla es hoy un referente turístico, donde se han llevado a cabo una serie de actuaciones para rescatar este conjunto declarado Bien de Interés Cultural. Se caracteriza el entorno por la fusión de los espacios naturales y el rico y variado patrimonio de las poblaciones con la propia estructura del Canal.
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Algunas falsas ideas sexuales sobre la prehistoria
Luz Sánchez Escalada, Doctora en Psicología con una dilatada trayectoria profesional en el campos de la psicología clínica, la investigación y la divulgación propone la lectura detenida de este artículo de la ingeniera y psicóloga Francisca Martín Cano.
Por indicios multidisciplinares pensamos que deberían ser consideradas
femeninas figuras prehistóricas con rasgos estereotipados del cuerpo femenino:
cuerpo triangular, cintura de avispa y piernas gordas y que aparecen de manera
androcéntrica consideradas como masculinas en gran parte de los manuales de
divulgación de la Prehistoria.
Hay un reconocimiento bastante amplio en considerar que en la
universidad española existe gran dificultad para introducir los cambios
científicos que se producen en diversas disciplinas. Dado que especialmente el
XXVI Congreso Nacional de Arqueología está dedicado a analizar la arqueología
del futuro siglo XXI, con todos nuestros respetos creemos que es necesario un
cambio.
Proponemos a los
dirigentes que tienen poder de decisión y se interesan seriamente por el
futuro, que acerquen a los estudiantes los nuevos descubrimientos en campos de
la antropología, etnografía, etología, arqueología, mitología, astronomía,...
Si los nuevos descubrimientos no estuviesen eliminados del expediente
curricular de los futuros arqueólogos, éstos no tendrían limitaciones
formativas; conseguirían el bagaje interdisciplinar adecuado para impedirles
hacer afirmaciones infundadas; evitarían llegaran a conclusiones opuestas a la
evidencia de los avances científicos; tendrían las herramientas adecuadas para
poner en entredicho diferentes teorías defendidas por la tradición respeto al
papel femenino en la Prehistoria; y podrían analizar con un mayor entendimiento
hipótesis innovadores sobre el significado astronómico del arte.
Con el texto que
presentamos bajo el título Algunas falsas ideas sobre los papeles sexuales en
la Prehistoria, no pretendemos en absoluto polemizar, sino dar un nuevo enfoque
a interpretaciones tradicionales que se mantienen inamovibles en el mundo de la
arqueología y que no deberían ser defendidas por los que forman actualmente
parte de ella, personas de mentes abiertas y democráticas, que intentan tan
sólo el bien de la ciencia, pretenden saber la verdad de las cosas, ser más
objetivos en la labor en pos del conocimiento y no se dejan llevar por el
principio de autoridad o por complejos intereses personales de investigación.
REVISAR SEXO ADJUDICADO A FIGURAS ASEXUADAS
Basándonos en los
nuevos descubrimientos de diferentes disciplinas, consideramos se debe revisar
el sexo adjudicado a algunas figuras pintadas en escenas artísticas levantinas,
que por sus rasgos netamente femeninos: cuerpo triangular, cintura de avispa y
piernas gordas, definiciones que enumera exactamente los rasgos estereotipados
que definen tipológicamente el cuerpo femenino, deberían ser consideradas
femeninas, y aparecen sin embargo descritas en algunos manuales de arqueología
ibérica, como masculinas. Además presentan una melena característica, idéntica
a las bailarinas de Cogull o las cazadoras de otras partes del universo, que
nadie pone en duda sean femeninas.
El hecho de la
errónea adjudicación del sexo a las figuras de cazadoras, se podría deber a que
las visiones de las antiguas autoridades de la "ciencia
institucional" (Obermaier, Wernet, Breuil,...) influirían como sugestiones
sobre muchos estudiosos actuales del mundo de la Prehistoria, de manera que en
algunas parcelas aceptarían su visión, cuando sus enunciados estaban
condicionados por los valores dominantes de su sociedad, en la que "los
varones ejercían el papel preponderante". Y desde este condicionamiento se
sintieron legitimados para pensar que la mujer nunca habría sido capaz de cazar
o realizar labores penosas. Pero dado los nuevos hallazgos: antropológicos, etológicos,
arqueológicos,... que vienen a confirmar el papel preeminente femenino, ya no
se puede permitir afirmaciones basadas en estudios sesgados o en
consideraciones machistas acerca del papel femenino. Si la conducta
conservadora ha permitido que durante algún tiempo, se mantuviese el error de
considerar masculinas, figuras femeninas, ya no es viable no cuestionar
conceptos tradicionales. No se puede estar indefinidamente defendiendo la
visión parcial y androcéntrica de antiguas autoridades (androcentrismo en palabras
de Victoria Sau: enfoque unilateral que toma al varón / hombre como medida de
todas las cosas), que impusieron su visión cuando su situación social era muy
otra.
Por lo que ya es
hora es de analizar los documentos, de revisar las pruebas, de denunciar las
opiniones estereotipadas. De proclamar que nunca ha sido cierta la idea
imaginada por influyentes historiadores, que proyectaban sobre la Prehistoria
la idea de "los varones como seres superiores que subordinaban a las
mujeres, consideradas seres maltratados y sumisos".
Como apunta
Fisher (1982, 110): "Tres tratados más, todos de científicos sociales
influyentes, remitieron el parentesco primitivo a la mujer, a la madre. Estos
estudios no atribuían, sin embargo, ningún estatus social generoso a las mujeres
primitivas. Como la mayoría de estos pensadores concebían a los hombre y
mujeres prehistóricos como individuos similares a los que veían a su alrededor
de la Inglaterra victoriana, se imaginaron a sus ancestros masculinos como los
patriarcas agresivos, dominantes, militantes y autoritarios de aquellas
familias matrilineales. Y describieron a las hembras como seres sumisos,
débiles, inactivos...".
Y hora es de
revalorizar y recuperar el importante papel ancestral femenino y de que los
"científicos burócratas" permitan que llegue al conocimiento general
que en época arcaica la mujer predominaba en el orden social.
LA MUJER EN LA PREHISTORIA CAZABA
Si Blasco
afirmaba de las figuras presentes en obras de arte arcaicas españolas (1992,
23): "Los protagonistas de estas escenas cinegéticas .. en el caso de
las figuras asexuadas parece lógico identificarlas también con hombres, ya que
sus atuendos, la potencia de la musculatura de sus piernas y otros detalles son
iguales a los de las figuras masculinas." Y Clottes mantenía (1995,
62) que en la Prehistoria: "... en general, los hombres son los que
cazan." Indica que muchos integrantes de este campo han llegado a esta
conclusión, bien porque desconocían las propuestas de eminentes historiadores y
antropólogos o bien porque desechaban los ejemplos artísticos prehistóricos o
los míticos históricos, que ejemplificaban a mujeres cazadoras y contradecían
por tanto sus afirmaciones. Por lo que se deduce que harían estas afirmaciones,
incluso ante lo evidencia de lo contrario, desde cierta ceguera selectiva que
muestran que estarían condicionados y habrían sido formados en los prejuicios
machistas vigentes aún en la disciplina (que afecta tanto a arqueólogas como a
arqueólogos).
A la luz de los
actuales conocimientos aportados por prestigiosos antropólogos, arqueólogos,
historiadores, sociólogos, mitólogos, etólogos,... no se puede seguir afirmando
que la mujer en la Prehistoria no cazaba o seguir adjudicando de forma errónea,
sexo masculino a las figuras asexuadas, ya que se sabe representarían mujeres
con armas, como bien podemos comprobar:
A - En diferentes testimonios arqueológicos de la Prehistoria, bien
figurillas o relieves o pinturas.
Presentan sin
lugar a dudas a mujeres con armas o con arco y flechas, reflejos de la arcaica
existencia real de cazadoras que les sirvieron de modelos. Y que atestiguan de
modo inequívoco que las mujeres desde la Prehistoria se dedicaban a otras
ocupaciones consideradas posteriormente "poco femeninas". Las obras
de arte arcaicas nos informan de las profesiones que desempeñaban, ya que las
reflejan: cazadora, reina, agricultora, artesana, curtidora, sacerdotisa,
curandera, recolectora,... (mientras están ausentes de las más arcaicas obras
de arte antropomorfas legadas, las figuras masculinas, a excepción de unas
pocas de varones cazadores al final del Neolítico). Y siguieron viviendo como
cazadoras, ejercitándose en los deportes, participando en competiciones,
manejando armas, domando equinos,... hasta que tras la revolución patriarcal
sucedida a partir de la Edad del Bronce, se les negaron esos derechos.
Son muestras de
cazadoras armadas con arco y flechas las llamadas "Damas Blancas": de
Damaraland (con mamas), Rodesia / Zimbabwe datada en el IV milenio adne y la de
Bramberg (lleva una tira de cuero o textil que le aprieta las mamas, adornada
con círculos) rodeada de agricultoras, pintada en el Santuario de Maack,
Namibia datada entre los años 1000 al 650 ande.
B - También evidencian que las mujeres cazaban los testimonios etológicos
sobre la conducta de los primates.
Estos estudios se
basan en teorías evolutivas, que considera que la conducta humana se deriva de
la de nuestros antepasados animales, aceptada la teoría de Darwin sobre la
evolución humana a partir de los protohomínidos. Consecuentemente se estudia la
conducta de primates para ver las similitudes: dan las claves de los
desarrollos evolutivos humanos. Los estudios de diferentes especies realizados
desde los 60s por Goodall, Galdikas, Fossey, Strum, Thompson-Handler,...
aportan en contra de las creencias estereotipadas, que las hembras tienen un
importante papel en su sociedad y que participan en la caza en grupos (técnica
tradicional compartida por los primeros humanos). Y son las hembras madres las
que enseñan a sus descendientes con su ejemplo: el conocimiento para la
sobrevivencia y qué comida comer, a recoger los alimentos adecuados y a cazar.
Refiere Kay y Voorhies (1978, 109): "Esta familia matricéntrica, que se
da en todas las comunidades de primates, es la unidad de vida socioeconómica
más probable de la sociedad protohumana, según propuesta de Linton (1970)."
C - Atestigua que las mujeres serían cazadoras los testimonios hallados
en cementerios.
Se han encontrado
tumbas de mujeres acompañadas de ajuares de armas, arcos y flecha, concreción
de una profesión ejercida por mujeres desde época inmemorial. Afirma Valdellano
de mujeres ibéricas (1989, 236): "A su vez las mujeres llevaban cuchillos
y puñales, puesto que aparecen en los ajuares funerarios..." También
aprecen armas acompañando a las figurillas femeninas de la Edad del Bronce
(recuérdese las de Collado, Santander o Tabuyo, León).
A otras se
refiere Cristina Frade (1996, 15) cuando afirma: "Durante mucho tiempo,
la historia de las amazonas -las enemigas de los griegos que vivían en las
estepas de lo que es hoy Ucrania y el sur de Rusia- fue despreciada como un
producto de la imaginación de Herodoto. Las excavaciones de Chertomlyk
(Ucrania), entre otras muchas otras, han corroborado sus informes sobre mujeres
de apariencia masculina, vestidas como guerreros y diestras con el arco."
D - Corrobora que la mujer en época arcaica cazaba y aprendió a manejar
armas los testimonios mitológicos.
Muchos mitos,
herederos de la Prehistoria, están protagonizados por Diosas / heroínas
dedicadas a la caza que se defendían con su arco y flechas, que pone de relieve
la persistencia de la antiguas instituciones matriarcales en todo el universo.
Algunas cazadoras se denominan: Agrostina, Annika, Arduina, Artemisa (Táurica,
Elafébola, Hecaerge, Lafria, Venatriz, Agrostera), Asherah, Atalanta, Attart-Sem,
Basa Grande, Bendis, Britomartis, Calisto, Cirene, Devana, Diana, Eucaris,
Hécate, Hippe, Kalgama, Melanipa / Hipa / Ociroe, Mielikki, Minerva, Mixcoac,
Nehalennia, Phiala, Podarga, Procris, Skadhi, Venatrix, Veretragna, Zenobia,
Zewana,...
E - También ratifica que la mujer en época arcaica cazaba los testimonios
antropológicos y etnográficos.
Estudios basados
en las nuevas teorías antropológicas y de culturas primitivas ponen de
manifiesto que las mujeres cazaban desde la Prehistoria, lo que lleva a eminentes
investigadores a defender que "toda la banda viajaba y cazaba junta"
como afirma la antropóloga Linton (1979, 44), e igual creencia mantiene el
historiador Childe o Julien que confirma en (1986, 30): "Para N.
Tanner, no sería "el hombre cazador" sino "la mujer
cazadora" quien sería responsable de la emergencia humana." Y
corroborado por el estudio de sociedades primitivas en las que se observa que
la mujer cazaba, antes de que la influencia de culturas invasoras trastocaran
los papeles sexuales. (Una interesante película africana lo pone de manifiesto.
Fue emitida por TV-1 española el 5 de febrero de 1995. Y fue rodada en la
ciudad de Djiginoum, Senegal por la comuna Zigunchor).
Todos estos
testimonios informan que las mujeres en época arcaica cazaban y tenían un papel
económico en la sociedad, cuando en el Paleolítico la caza aún cubría las
necesidades alimenticias de la sociedad y era la mujer la que se preocupaba en
exclusiva de dar de comer a sus hijos: la mujer cazaba, cuando los varones
cumplían un papel subsidiario.
LA MUJER EN LA PREHISTORIA TAMBIÉN EJERCÍA OTRAS FUNCIONES
Aunque el error
de considerar masculinas figuras que deberían ser femeninas, no sólo se han
cometido con cazadoras, sino también con otras figuras femeninas que ejercían
otras profesiones en la Prehistoria: a) recolectoras, b) danzantes, c) otras.
a) Y mientras que Pericot calificaba en
Historia de España del Instituto Gallach, Edición de 1987 como
"hombre" la figura de "Recolectora de Miel" pintada en rojo
(en un gran panel de una "escena de caza" con animales y figuras
humanas con arco y flechas, que no hemos dibujado) de la Cueva de Bicorp de
Valencia datada en el V milenio adne, ya es calificada como "mujer"
por Llull y Sanahuja en la Edición de la Historia de España de la misma
Editorial, de 1994 (con una diferencia de sólo siete años).
Recolectora que
pone de manifiesto el importante papel femenino en la sociedad prehistórica,
cuando era la mujer quien proporcionaba el alimento a sus hijos (igual que pasa
entre los primates). En palabras de Llull y Sanahuja (1994, 17): "En la
sociedad paleolítica, las mujeres tuvieron un importante papel en la
alimentación del grupo, puesto que, al parecer, fueron ellas las que lo
abastecieron de productos procedentes de la recolección..."
"Sally
Linton, en 1971, es la primera antropóloga, que basándose en la inexistencia de
evidencias de caza, propone un modelo contrapuesto al anterior, el modelo
recolector. Son las homínidas las que recolectaron, las que inventaron los
primeros instrumentos (palos cavadores y contenedores para transportar los
productos vegetales y las crías) y las que, en principio, compartieron la
comida con sus crías."
Cuando era la
mujer la que, dado la obligación que tenía de alimentar a sus hijos, inventaba
métodos e buscar el alimento (aún no existía la vinculación masculina, por loq
ue no podía haber ningún varón que cazase para ella o la ayudara a sacar
adelante a sus hijos, hecho que es corroborado por múltiples detalles que
informan que la familia PATRIARCAL se estableció en la Edad del Bronce, o sea
que en principio existía la familia matricéntrica, en la que la mujer se
preocupaba de cazar, recolectar o plantar semillas para dar de comer a sus
hijos y la única que los enseñaba a enfrentarse a la vida).
En principio
necesidades alimenticias de una sociedad con una economía basada en la
recolección llevada a cabo por parte de la mujer recolectora de frutos,
semillas, bayas, miel,... y de caza de animales y más tarde basada en el
cultivo por parte de las agricultoras. En relación a ello afirman Hawkes y
Woolley (1977, 227): "Se admite por lo general que, como derivación de
su antigua función de recolectora de alimentos vegetales, fue la mujer quién
inventó y desarrolló la agricultura".
A propósito de
ello declara Girard (1978, 730): "Los antropólogos atribuyen,
generalmente, el cultivo de las raíces alimentarias a la mujer, que, de
recolectora pasó a ser cultivadora." "Los mitos atribuyen el hallazgo
del cultivo original de la yuca a una mujer, sublimada a categoría divina."
Y Campbell en
(1991, 364): "Aquí fue la mujer quien se mostró suprema: no sólo eran
las portadoras de los niños sino también las mayores productoras de alimentos.
Al darse cuenta de que era posible cultivar, así como recolectar vegetales,
habían hecho a la tierra valiosa y se convirtieron, por tanto, en sus
poseedoras. Así ganaron tanto poder económico y social como prestigio, y se
formó el complejo del matriarcado."
b) También ha sido
calificada como masculinas las figuras femeninas pintadas en la Cueva de la
Saltadora, Barranco de la Valltorta, Castellón, datada en el V milenio adne.
Fue descrito como masculina en 1947 por Menéndez Pidal en (1975, 450) citando a
las autoridades Obermaier y Wernert, como: "Tres hombres, al parecer
danzando," ... Y ha sido descrita por Kuhn en (1957, 89) (historiador
que no había bebido en las mismas fuentes "científicas
institucionales") como "TRES MUJERES (Valltorta)".
c) Asimismo ha sido calificado de chamán
varón, la pintura de una figura antropozoomorfa embarazada de la Cueva de Les
Trois Frères, considerada de 16.000 años de antigüedad. Su versión de la figura
a la que calificó como "El Hechicero" disfrazado de pieles de
animales, ha sido muy divulgada tal como fue dibujada por el abate Breuil. Hoy
día se han publicado fotos y calcos más exactos de dicha pintura, que
evidencian la manipulación del abate como ilustra nuestra versión, basándonos
en una foto publicada por Wendt.
Pero tras ser
ampliamente divulgada en libros de historia, muchos observadores han sido
impregnados en esta idea a edad temprana. Así que, basado en éste único y
erróneo ejemplo, persiste en el inconsciente de la población occidental en
general, la falsa creencia de que en el Paleolítico había chamanes varones, a
pesar de que es incoherente con el hecho de la exclusiva representación de
figuras femeninas en el arte mobiliar. Incluso en muchos espectadores al
contemplar la pintura real, puede condicionarles la visión tergiversada del
abate, como una sugestión que les sugiere lo que han de ver. De forma que es
difícil erradicar un estereotipo que se halla muy extendido, a pesar de las
nuevas investigaciones, si no existe una voluntad en erradicarlo.
Y aún más, cuando
algunos arqueólogos contemporáneos siguen ateniéndose a lo que entienden es el
respeto a la ciencia y el camino "científico" que para ellos es
"exclusivamente decir lo que la autoridad ya ha dicho". Y siguen
considerando un Evangelio lo dicho por la autoridad. Así que sencillamente
omiten dar explicaciones. Aunque afortunadamente, existen otros arqueólogos de
algunas publicaciones, que corrigen los estereotipos machistas.
PINTURAS CON ANIMALES Y CAZADORES NO REFLEJAN VIDA
COTIDIANA NI TENÍAN FINALIDAD PROPICIAR LA CAZA
Leemos en Beltrán y Royo (2000, 29) del panel en el que se hallan
figuras humanas (en nuestra opinión predominantemente femeninas) y de animales
pintado en la Cueva del Tío Garroso en el Cerro Felío de Alacón, Teruel: "Pero
no existe ni una sola escena venatoria ni por descontado, cualquiera que puede
referirse a actividades económicas de producción o de simple recolección. Un
solo animal entre todos los anotados podría llevar un venablo o flecha clavado,
pero no es seguro. Son dudosas las escenas de acoso y puede afirmarse, aunque
resulta anómalo, que esta sociedad de cazadores no pinta escenas de caza. No
obstante podemos afirmar con Mauro S. Hernández que nos hallamos, ante un arte
de cazadores, aunque para él sea de época neolítica."
Con sus palabras
constata el hecho de que a) no hay unanimidad en la comunidad científica en
atribuir las pinturas levantinas a un período determinado. Y b) aunque en
pinturas levantinas se representen animales y cazadores, la finalidad no sería
propiciar la caza.
a) Mientras unos las datan en el Paleolítico y
consideran que las pinturas de animales y cazadores serían realizadas por
pueblos cazadores, otros las datan en el Neolítico. Los que las datan en el
Neolítico aunque sin precisar período exacto, época en la que la economía
estaba ya basada en el cultivo vegetal y la cría de animales, se fundan en el
hecho de que las especies animalísticas representadas son postpaleolíticas y
por tanto se deduce que fueron realizadas por agricultores que pintaban
animales y cazadores.
Nosotros
defendemos que las obras de arte rupestres levantinas serían realizadas por
pueblos agricultores del final del Neolítico o incluso podrían haber añadido
figuras durante el Calcolítico: del 2900 al 2500 adne y perdurar hasta el final
del Eneolítico: el año 1500 adne. Lo confirmaría la existencia de varones
adultos, algunos itifálicos, ya que la figura masculina adulta, sólo apareció
en manifestaciones artísticas de regiones del Mediterráneo, al final del
Neolítico, tras el monoteísmo femenino Divino de la Prehistoria y antes de que
la Diosa perdiese el trono (estando en este período ausente del arte mobiliar
peninsular). Así Delporte (1982, 230) lo asegura respecto al cambio acaecido en
la cultura de Canaán / Palestina / Israel: "Es interesante señalar que
en la cultura de Beershéba, más reciente que las que hemos observado más
arriba, las estatuillas femeninas se presentan acompañadas por algunas
figuraciones masculinas; este hecho es relativamente normal en las culturas de
Oriente Medio, a partir de la fase final del Neolítico, correspondiendo quizá a
las modificaciones del sistema socioeconómico, particularmente referidas a la
organización de la familia."
b) Está de acuerdo con la idea de que la
finalidad de las pinturas levantinas no sería la de propiciar la caza, Blasco
que se basa en el hecho de que los animales representados no son los que les
servían de alimento, ya que afirma en (1992, 22) "faltan
representaciones de caza de especies menores, como puede ser el conejo, y por
los restos osteológicos analizados en muchos yacimientos sabemos que es
habitual entre los desechos domésticos." Sus palabras y argumentos son
las mismos que Leroi-Gourhan aducía ya hace casi medio siglo, cuando defendía
que las escenas de animales y cazadores francesas no perseguían mágicamente
asegurar la caza ya que, tras estudiar los restos de comidas dejados por lo
autores de las pinturas de escenas de animales y de cazadores, descubrió que no
coincidía los restos de animales comidos con los pintados. Y se preguntaba en
(1983, 76): "¿por qué no hay más que una única representación del reno
en Lascaux, mientras que está presente con exclusividad entre los restos óseos,
restos de comidas que cubrían el suelo de la cueva?"
Y Delporte en
(1982, 282) repite: "... en Lascaux, el caballo es tema utilizado
generosamente en pinturas y grabados parietales, mientras que la fauna
consumida... fue el reno; en el arte mobiliar de la cueva de La Vace es también
el caballo el más corrientemente representado, aunque entre la fauna
recogida... el caballo no aparezca... Estos dos ejemplos muestra, pues, que el
acudir exclusivamente a la magia de la caza para explicar las razones del arte
rupestre y mobiliar prehistórico no sólo es simplista, sino incluso y sobre
todo erróneo..."
O sea que el
estudio de las manifestaciones artísticas de animales y cazadores realizadas
por nuestros ancestros desde la Prehistoria, tanto en Francia como en España,
junto con el estudio de los restos de comida, no verifica la interpretación de
que la finalidad de las obras de arte con animales y cazadores fuera propiciar
la caza, ya que no se comían los animales representados. Y los hallazgos
científicos evidencian que es falsa la hipótesis que defendía que las obras de
arte reflejaban escenas de la vida cotidiana, ya que la tarea más habitual en
el Neolítico era la relacionada con la agricultura o la cría de ganado.
De donde se
deduciría que los protagonistas de las pinturas rupestres representarían
figuras Divinas de los mitos y sus representantes en la Tierra. En estos casos
no se diferenciarían de las obras de arte de otras regiones, cuyas motivaciones
eran simbólicas, rituales y mágicas. Así que tendrían carácter religioso,
contenido metafórico y finalidad mágica de asegurar la Fertilidad y la cosecha.
No nos ha quedado
constancia de los mitos de época histórica levantina, pero conocemos los
herederos de los prehistóricos de las más importantes mitologías de las
religiones agrícolas Mistéricas de las grandes civilizaciones de Mesopotamia,
Egipto, regiones del Mediterráneo, América, etc,... Precisamente ellos nos
darán las claves para las figuras de animales, de cazadoras y de cazadores itifálicos,
ya que en los mitos aparecen figuras paralelas. Y nos harían caer en la cuenta
de que tanto los animales como los humanos serían representaciones de la Gran
Diosa Madre, que asumía múltiples máscaras de animales, y su paredro masculino
o femenino, con el que empezó a compartir su reino al casarse con él (pero que
tras la revolución patriarcal terminó por perder su primacía al ser desplazada
por su pareja, como la Diosa Ereskigal por Nergal, Proserpina por Plutón,
Lagamal por Ishmekarab, Rhianon por Pwyl, Saulé por Menno, Ixchel por Itzamná,
etc, etc...)
Confirma la
identificación de los animales con la Diosa, Ortiz-Osés que manifiesta (1982,
32): "Barandarián llega a apuntar ciertas correlaciones entre la Diosa
y las figuraciones animales rupestres." (En este caso se refiera a la
Diosa Mari, uno de los nombres de la Gran Diosa Madre, adorada por los vascos).
Y no sólo sería representada por animales, sino por otros atributos como
Pirenne manifiesta (1982, 39): "Probablemente la misma evolución se operó
entre todos los pueblos, pues, cosa curiosa, todos han dado a la diosa madre
los mismos atributos Š ella es la vaca, la leona, la gata; es también la
vegetación y como tal venerada en forma de árbol al que todas las religiones
antiguas han conservado como "árbol de vida"". Y Laviosa (1955,
62) ratifica: "Así la madre no sólo se identificaba con el toro sagrado,
con la serpiente, con las palomas, con los pájaros, etc., cuyo aspecto tomaba,
sino también con el árbol, con las plantas, en las que está implicada la
divinidad."
FIGURA ITIFÁLICA REPRESENTANTE DE SACERDOTE Y PAREDRO EUNUCOS, METÁFORAS
DE SEMILLAS
Y por tanto las figuras de animales, las femeninas de cazadoras y las
masculinas de cazadores, a veces itifálicos presentes en las pinturas levantinas
serían en realidad protagonistas Divinos de las mitologías agrícolas reflejadas
en escenas artísticas simbólicas. Y representarían también a las más arcaicas
sacerdotisas y a los primeros sacerdotes que empezaron a compartir con ellas
las funciones de culto y las ceremonias de Fertilidad, en honor de la Gran
Diosa y su paredro mortal Deificado. Y que se autoemasculaban y se convertían
en eunucos para representar al paredro (castrado) Divino.
De la figura
itifálica leemos en Blasco (1992, 30): "se ha interpretado como un
principio fecundador". Pero no estamos en absoluto de acuerdo con su
interpretación. En época arcaica existía la creencia, ampliamente extendida en
todo el universo, de que únicamente tenía capacidad fecundante y fertilizante
el Principio femenino, considerado hermafrodita. Lo evidencia las innumerables
esculturillas femeninas, con torso o piernas fálicas o con mamas y genitales
masculinos: es decir hermafroditas. Muestran la creencia heredada de que: la
Diosa era Padre y Madre, tenía tal grado de Autonomía que se Autofecundaba, se
Autoconcebía, se Procreaba, se Engendraba a sí misma, se Reproducía
(asexualmente). Y prueba de ello son los más arcaicos mitos históricos
heredados en todo el universo, que hablan de Diosas que eran Madres Vírgenes.
Se creía que tenían hijos de manera virginal (Virgo) a pesar de tener
relaciones sexuales promiscuas, dado que la virginidad significaba tener hijos
sin que el Principio masculino interviniese en la fecundación, ya que éste se
autolisiaba / autocastraba / era eunuco / impotente, sus genitales se los comía
un pez,...
Y tal creencia
estaba en concordancia con la creencia en la sociedad de la ausencia de
responsabilidad del varón en la concepción, ya que se creía que la reproducción
era asexuada / por partenogénesis / virginal / hermafrodita / agámica /
afrodita. Un argumento favorable a esta tesis son las múltiples costumbres que
lo evidencian, como la covada o los ritos femeninos para pedir el embarazo o la
Fertilidad a la Madre Naturaleza: testimonios que corroboran el desconocimiento
de la capacidad fecundante masculina, por lo que se creía que tanto la Diosa
como las mujeres eran madres vírgenes. Lo confirma Pirenne (1982, 44) cuando
dice: "En el grupo humano es sobre todo la madre la que aparece esencialmente
como fuente de toda vida, de un modo particular en esa época en que la unión
conyugal no existía de modo estable." Su expresión "como
fuente de toda vida" expresa la creencia arcaica de que la mujer sola
creaba al nuevo ser. Y leemos en el Tomo 33 (1988, 1001): "... el
sociólogo escocés (Mac Lennan) parte del supuesto de que la incertidumbre de la
paternidad fue lo único que determinó la fase matriarcal."
Contrariamente,
con el advenimiento de la revolución patriarcal y el papel preponderante que el
varón empezó a jugar en la sociedad, se creía que el principio de la
descendencia pertenecía exclusivamente al padre. De esta manera, en época
griega cuando las mujeres tenían hijos sin estar casadas legalmente, se decía
que eran madres "vírgenes" o paradójicamente tenían hijos
"engendrados por Divinidades". Un comentario de los redactores del
Espasa, Tomo 33 (1988, 1005) atestigua de tal costumbre: "... fue
engendrado por Zeus, es decir, por un padre desconocido, una característica del
matriarcado." Y que en realidad explica un hecho desde la visión
patriarcal, con nuevas creencias patriarcales que considera al Principio
masculino con la capacidad de dar la vida, tras apropiársela y quitársela a la
madre y atribuir al padre ser el único causante de la reproducción. Dice al
respecto Rutherford (1994, 59): "... toma la única vía que vía que
tienen abierta: negar la intervención de la Gran Madre en el misterio del
nacimiento. Contamos con ejemplos en los que el varón es quien lleva al niño en
su seno. Zeus da a luz a Atenea pariéndola por la cabeza, y a Dionisio por el
muslo. Los indios americanos también recurren a esta treta y en el mito hindú
nos encontramos con los ayonija, es decir, con aquellos seres nacidos sin
gestación uterina."
Y leemos en
Ortiz-Osés en (1982, 70): "Gould Davis en su "The first sex",
trad. al alemán bajo el excelente lema "Al principio era la mujer",
ha analizado polémicamente este proceso de patriarcalización en el que Jehová
destrona a la vieja diosa Anat, Abel (pastor patriarcal) a Caín (agricultor
matriarcal), Zeus a Metis, los héroes masculinos a las Héroas femeninas (Hera),
los ángeles masculinos a las viejas "ánimas" femeninas
originariamente concebidas como espíritus femeninos de los antepasados. Lo
mismo ha hecho J. Schreier en su obra "Göttinnen" (Diosas), en donde
se nos ofrece una profundización. Según ella, el hombre-varón funda su época
patriarcal apropiándose de las virtualidades matriarcal-femeninas: así, todos
los neo-dioses masculinos de la creación (Jehová, Zeus, etc.), se apropian del
arcaico carácter matriarcal-femenino de la pro-creación, e. d., de la fuerza
creadora-generatriz de Gea-Gaia, Rea y demás diosas.".
En realidad la
figura itifálica de las pinturas levantinas no representaría ningún poder
fecundante, sino que sería antecesora de la figura masculina de religiones
agrícolas históricas: el ser mortal que iba a sufrir un accidente en el que iba
a terminar castrado y muerto, llamado en diferentes panteones: Atis, Adonis,
Eshmund, Osiris, Combabo, Pwyll, Pelles, El / Elkersunisa, Dumuzi / Duzi,
Adonis, Tammuz-Adonis,... Y este paredro era el hijo o el amante o el esposo o
el hermano de la Gran Diosa, por cuya causa moriría y por quien sería llorado,
resucitado y Deificado: Cibeles, Militta, Astarté, Isis, Afrodita, Rhiannon,
Istar, Inanna, Enyoma, Ninni-Ishtar,...
Este varón
itifálico jugaría el mismo papel que algunas cazadoras heridas o desplazándose
a zancadas de las pinturas de los paneles levantinos, que también serían
antecesoras de figuras mitológicas que iban a morir o a ser raptadas e iban a
resucitar gracias a su Madre Divina: así la Diosa Afrodita iba a salvar a
Britomartis, Afrodita / Pasifae a Ariadna, Axieros a Axiokersa, Ceres a
Perséfona o a Libera o a Ferefata, Cibeles a Misa / Mises, Cotito a Proserpina,
Cuerauáperi a Xaratanga, Damia a Auxesia, Dana a Aranrhod, Eithinoha a Onatag,
Freia a Idunna, Hercina a Proserpina, Ixmucana a Ixquic, Kerri a Lúufri,
Krumina a Nigola, Lusia a Robigo, Mari a Basa Grande, Prithivi a Bhavani /
Kali, Retia a Acavister, Sena a Galia, Diosa hindú Tierra a Sita, Tailtiu a
Lugna,...
Precisamente el
hecho de que varones itifálicos compartan el panel con figuras de cazadoras
heridas, indicaría que éstos fueron añadidos en fecha posterior con la
introducción de modificaciones en los mitos, el culto y en la sociedad.
Y siendo todos,
protagonistas metafóricos de la historia de la agricultura, cuyas aventuras
codificaban las etapas por las que pasaba la agricultura, desde que se
enterraba la semilla (paredro,-a muerto,-a), germinaba la vegetación y florecía
gracias a las lluvias (paredro,-a resucitaba tras ser llorado,-a por la Madre
Divina) y seguía hasta que se recolectaban los frutos de la cosecha. Y cuya
muerte y resurrección se conmemoraba en fiestas, como en las muy posteriores
"Agrionías" fiestas salvajes y rústicas de mujeres furiosas /
Bacantes, con sacrifico real o simulada de un joven [Espasa, Tomo 3 (1888,
480)], recordando el mito de Dionisio despedazado por los titanes, símbolo de
la muerte de la semilla, que parece ser se celebraba en todos los países donde
se estableció culto a Dionisio y de la que es heredera la Semana Santa
cristiana, que conmemora la muerte y sacrificio de Jesús, que muere como
semilla de vida para dar de comer a la humanidad (ambas figuras míticas
herederas que combinan diferentes influencias de mitologías anteriores, con
variaciones y modificaciones, pero que conservan el modelo original).
De estos seres
mortales dice Husain (1997, 79): "En estos mitos agrícolas el hijo
representa la semilla enterrada, hasta que reaparece con la forma de planta que
comienza a brotar. Las plantas maduran hasta ser cosechadas y el ciclo entero
vuelve a representarse." Describe Bernabé (1987, 42): "... un dios
muerto desmembrado y resucitado (aspecto que se aviene con la
"muerte" de la espiga, la siembra y el brote de la nueva espiga, en
el caso de los dioses del grano),..." Refiere Hawkes y Woolley (1977,
286): "El ritmo estacional fue relacionado con el enterramiento de la
muerta semilla y su renacimiento en el verde tallo..."... "Al
desarrollarse esto, la antigua diosa-madre vio su importancia disputada por un
hijo, una divinidad masculina, cuya pérdida tenía ella que llorar, pero que
podía obtener en ella su propia resurrección." Respecto a la muerte y
resurrección de Osiris, un ser mortal protagonista de la religión agrícola
egipcia, cuya muerte se relaciona con la siembra de la semilla, leemos en la
Encicl. Espasa, Tomo 40 (1991, 86 - 861): "Frazer reconoce en el mito
osiriano todas las características del culto de un espíritu de la vegetación.
Osiris sería uno de estos dioses agrarios que cada año, en el tiempo de las
cosechas, son desmembrados por las hoces y que enterrados en forma de semilla
renacen durante la primavera á (sic) impulsos de una nueva vida. A pesar de la
pompa con que en los tiempos posteriores los sacerdotes rodearon la adoración
de Osiris, la concepción del dios como el grano de trigo aparece clara en la
festividad de su muerte y resurrección celebrada primero en el mes de Khoiak y
después en el mes de Athyr. Tal festividad estaba esencialmente dedicada a la
siembra,..."...
"Los granos habían germinado dando renuevos de unos 6 á (sic) 8 cm.
La significación de este objeto no es difícil de presumir."
En el caso de que
la paredra fuera femenina afirma Campbell en (1992, 220): "... el
matrimonio de la doncella diosa o Dema es equivalente a su muerte, que se
imagina como un descendimiento al interior de la tierra, su metamorfosis en
alimentos..."
PROTAGONISTAS DE ANIMALES Y HUMANOS DE CARÁCTER ASTRONÓMICO
Hemos comentado
que Barandarián, Pirene,... manifiestan que las pinturas de animales rupestres
representan a la Diosa. Y nosotros defendemos además que representarían a)
constelaciones animalísticas personificadas por la Diosa. Y el resto de figuras
de las complejas escenas representarían otras constelaciones en determinada
situación estelar. Y b) todos los protagonistas concretizan mitos que narran
metafóricamente la historia de la agricultura.
a) Para mostrarlo nos basaremos en un mito de la religión agrícola griega, en el que los protagonistas agrícolas son la Diosa Artemisa y su paredro el cazador Orión. El drama narra que la Diosa Artemisa envió a Orión un escorpión que le causó la muerte. Posteriormente el nombre del cazador Orión fue dado por los griegos a la constelación que hoy se llama así. Y para el que es apropiado la reflexión que leemos en la Enciclopedia Espasa, Tomo 40 (1988, 476): "Los astrólogos alejandrinos decían que Orión, estando de caza con Artemisa..."... "y ésta lo castigó haciendo salir del suelo un escorpión que le mordió y le causó la muerte. Esta leyenda tiene estrecha relación con el hecho astronómico de que, cuando el Sol entra en Escorpión, va al ocaso la constelación de Orión." Asimismo Ridpath y Tirion (1986, 190) afirman: "En una leyenda el jactancioso Orión es picado por un escorpión que le produce la muerte, y ahora se sitúa en el firmamento de modo que desaparece en tanto emerge la constelación Scorpius."
O sea que el mito
que narra el envío del escorpión por parte de Artemisa a Orión conecta con un
hecho astronómico de determinado día del calendario en que se producía una
precisa situación estelar: justo aquella que ocupan lugares diametralmente
opuestas encima del horizonte: cuando empezaba el orto crepuscular del signo de
Escorpio, personificado por Artemisa, coincidía con que la constelación de
Orión, personificado por su paredro que le da nombre, se iba al ocaso / moría
(tras el ocaso del sol, cuando empieza su período de invisibilidad / de su
muerte). La configuración estelar de la aparición y desaparición sincrónica de
las constelaciones es la que indicamos.
b) Asimismo el mito de la muerte del cazador
Orión plasma metafóricamente la historia de la agricultura, identificándose
Orión con la semilla que se entierra antes de germinar. Dado que el mito sigue
narrando que posteriormente la misma Diosa Artemisa lo lloró y resucitó, los
hechos narran una sucesión de constelaciones en conexión con la época de
siembra y la posterior germinación de la semilla enterrada (resurrección de
paredro) en vegetación y floración de la Naturaleza, gracias a las lluvias que
penetran en el mundo subterráneo.
Y dado las
creencias ancestrales en el pensamiento mágico, fundamento del comportamiento
religioso, nuestros ancestros, cuando querían que vinieran las lluvias tras la
siembra de la primavera, realizaban ritos de duelo y obras de arte de finalidad
mágico-astronómico, para invocar a la Divinidad: esperaban que se dejase
convencer y asegurase la aparición del fenómeno de la lluvia que tenía una
aparición regular y coincidente con el ocaso / penetración en el mundo
subterráneo del grupo estelar de Las Híadas "Las Lluviosas"(coincidente
con el ocaso de Orión).
Hechos paralelos
lo refleja Campbell de otros paredros mortales que mueren y resucitan gracias a
los lloros mágicos, propiciadores de lluvia, de una Diosa Madre en (1991, 418):
"Ahora bien, el dios muerto y resucitado de las civilizaciones
desarrolladas arcaicas de Oriente Próximo, Tammuz-Adonis, por quien las mujeres
lloraron en el Templo de Jerusalén (Ezequiel, 8:14) y cuyo equivalente egipcio
era Osiris, estaba cazando un jabalí cuando éste le corneó en la ijada y lo
dejó impotente; descendió muerto al mundo inferior y resucitó cuando la diosa
Ishtar-Afrodita -cuyo animal no es el gato de algalía, sino el león- descendió
al Mundo Subterráneo y lo liberó."
Corrobora nuestra
hipótesis astronómica de que también otras cazadoras desplazándose a zancadas
en diferentes paneles rupestres se identificaría con la constelación Orión, la
cazadora principal de la Cueva del Tío Garroso. Entre las piernas aparece
pintado una serie de puntos que forman determinado dibujo. Hemos representado
cercana la configuración de estrellas que forman la constelación Orión (caso
artístico que no es el único que refleja tanto la situación estelar de forma
explícita y la representación simbólica). Al lado hemos representado la
cazadora de Damaraland identificada también con tal constelación. Lo evidencia
porque lleva cinturón, metáfora formal que alude a las estrellas que se alinean
en medio de la constelación Orión, llamadas "El Cinturón", y porque
el perímetro de la cazadora dibuja un pentágono unido a un trapecio imitando la
configuración de dicha constelación.
CONCLUSIÓN
Nosotros hemos
entendido que en este congreso se pedían propuestas de futuro. Así que hemos
propuesto que los planes de estudios arqueológicos incorporen descubrimientos
que corroboran plenamente que la mujer podía ser protagonista de las escenas
artísticas prehistóricas, puesto que está documentada la idea de que la mujer
cazaba en la Prehistoria.
Por lo que si
quieren seguir manteniendo la interpretación errónea de describir las figuras
asexuados como masculinas, basándose en el argumento de que la mujer no cazaba,
sería defender ideas más allá de la lógica y ejemplo del sesgo androcentrista y
de la no aceptación de teorías sobre el importante papel femenino en la
Prehistoria.
Lo que tratamos
es que en el nuevo milenio no se siga manipulando a los estudiantes en los
antiguos prejuicios hacia las mujeres, y que no aprendan la visión
distorsionadora y condicionante en valores machistas, cuando aún no tienen
sólidos conocimientos que les impidan defenderse de los dogmas. Y así,
eliminado el androcentrismo los futuros arqueólogos, puedan aceptar y
comprender el hecho de que en otros tiempos fue la mujer quien dominaba al
clan, para que asuman la igualdad de derechos entre los sexos.
Hoy día no puede
seguir aceptándose estos modos machistas ni se debe actuar con inhibición
frente a tales atentados. Basta ya de amparar legalmente un código de modos y
hábitos machistas. Los protagonistas de las pinturas prehistóricas levantinas,
tanto varones y mujeres, deben adaptarse a los avances de la ciencia. Sigamos
considerando como "... figuras masculinas (las) que, en muchas
ocasiones, tiene marcado el sexo, a veces exageradamente acusado." Y
empecemos a considerar por justicia y respeto a la ciencia, tengan mamas o no,
como figuras femeninas las abundantísimas "... figuras asexuadas",
"...tipología de "cestosomáticos" (figuras muy alargadas, de
torso triangular y piernas robustas y largas), "paquípodos"
(representaciones cortas de proporciones muy gruesas) ..." (tomando
prestadas las palabras de Barandarián), ya que tales rasgos, obviamente,
describen a figuras femeninas.
Y por el más elemental principio ético, por el bien y el enriquecimiento
de la ciencia arqueológica tenemos la esperanza de que en el futuro:
1.- No se permita que se enmudezcan los artículos con una sólida base
científica y de investigación que divulgan ideas innovadoras, sólo por el hecho
de que son antagónicas o que presentan conflictos con teorías convencionales
defendidas con cierto fanatismo científico, y mantenidas como materia de fe
dentro de la disciplina, a pesar de que aún no están plenamente comprobadas, y
que incluso existen estudios de hace años que las contradicen y muestran sus
errores.
2.- Se difunda y publiquen trabajos polémicos. Para que los que actúen de
buena fe y mantienen actitudes dogmáticas, puedan discutir, cambiar de opinión
y aceptar las nuevas hipótesis que defienden el significado astronómico a las
manifestaciones artísticas.
3.- Se abandone la censura y denigración de trabajos controvertidos, la
descalificación global y personal, ya que la discusión no puede estar
definitivamente cerrada cuando los conocimientos evolucionan.
Francisca Martín Cano
Patrimonio Mozárabe Español, en busca de un merecido reconocimiento.
El Congreso de los Diputados deberá decidir sobre la inclusión de una serie de templos mozárabes diseminados a lo largo de la geografía española, dentro del Patrimonio Europeo.
![]() |
Iglesia de Santiago de
Peñalba. León. |
![]() |
Iglesia de Santa María de Lebeña. Cantabria. |
![]() |
Iglesia de Santa Maria
de Wamba. Valladolid.
|
![]() |
San Baudelio de Berlanga. Soria.
|
![]() |
Monasterio de Suso.
La Rioja.
|
La Decisión 1194/2011/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de noviembre de 2011, concreta el apoyo a las políticas de los Estados Miembros que pongan en valor el patrimonio común de los pueblos de Europa. Así pues, es complementaria de otras iniciativas, como los Itinerarios Culturales del Consejo de Europa o el Patrimonio Mundial de la UNESCO.
![]() |
San Miguel de Escalada. |
La Unión Europea y con ella España persiguen un doble objetivo:
![]() |
Iglesia de Sto. Tomás
de las Ollas. León.
|
Se pretende promover los valores de convivencia democrática y el diálogo intercultural. Esto implica relacionar el patrimonio con el desarrollo sostenible de las regiones, en especial mediante la creación artesanal y artística contemporánea. Estas actividades implican la implantación duradera de valores de solidaridad, así como el entendimiento de la riqueza que supone la diversidad para las generaciones venideras.
La Fundación Santa María la Real impartirá un curso gratuito de técnico en rehabilitación de edificios
La sede de la Fundación Santa María la Real en Aguilar de Campoo
acogerá próximamente un curso de técnico en rehabilitación de edificios. La
actividad formativa, que será impartida por la entidad aguilarense, está
financiada por el Servicio Público de Empleo Estatal, SEPE, del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social, como programa específico de ámbito nacional para la mejora de
la empleabilidad, la cualificación y la inserción profesional de jóvenes
menores de 30 años.
Gestionado por la Fundación Tripartita de Formación para el Empleo e impartido
por Fundación Santa María la Real y Human Overall, el curso tendrá una duración
de 210 horas, de las que 74 serán prácticas. La actividad está especialmente
destinada a personas
en situación de desempleo que deseen mejorar sus competencias profesionales
para aumentar sus posibilidades de inserción o permanencia en el mercado de
trabajo.
El curso comenzará el 12 de marzo y, por ahora, ya se ha abierto el plazo
de inscripción al que podrán optar personas menores de 30 años, inscritas como
demandantes de empleo. Los interesados pueden solicitar más información en las
oficinas de la Fundación Santa María la Real, por teléfono en el 979 125000 o enviando
un mail a bgarcia@santamarialareal.org.
Una oportunidad para
el sector de la construcción:
El principal objetivo de esta actividad formativa es dar una nueva
oportunidad a los jóvenes del sector de la construcción, que se han visto
perjudicados por la crisis que azota al sistema productivo
español y que ha sido especialmente virulenta en este ámbito, donde cada vez
resulta más complicada la puesta en marcha de obras de nueva ejecución. En este
sentido, el curso servirá para que los participantes puedan reorientar sus
conocimentos hacia la rehabilitación, no sólo de edificios de interés histórico
o patrimonial, sino también de antiguas viviendas o viejos inmuebles de
carácter civil.
El de Aguilar
de Campoo será el primero de un total de 10 cursos, con la misma temática y
contenidos, que se impartirán en diferentes lugares y ciudades del territorio
español. El horario de clases, en el caso de este primer seminario será de 15 a
21 h. en la sede de la Fundación Santa María la Real, sita en Avda. Ronda, 1-3
de Aguilar de Campoo (Palencia).
LA RELEVANCIA DE ASISTIR A CONGRESOS EN EL PROCESO DE FORMACIÓN CONTINUA DE LAS EMPRESAS DE TURISMO
No cabe la menor duda
que es de suma importancia para todo profesional el asistir y participar en
congresos, ya que estos son fuente importante de conocimiento novedoso que nos
pone al día en diferentes temas de interés y actualidad.
Los congresos
nacionales o internacionales cobran mucha importancia en la formación de todo
profesional, pues se tiene la oportunidad de escuchar y aprender a cerca de lo
más reciente de un tema, a la vez que posibilita el compartir experiencias con
los otros participantes.
De todas las citas de
este año rescatamos las que consideramos más relevantes:
TURISMO. Nuestra mayor industria y la necesidad de formación y especialización.
La noticia de la muerte de uno de los grandes padres creadores del plan estratégico turístico español en los años 80, Climent Guitart (Medalla de Turismo 2012) nos hace recordar algo que creo muy interesante y convergente para enraizar en las directivas de las empresas del turismo; la necesidad de formación que también se recoge en sendos informes de turismo anuales, en donde señala la necesidad de especialización como fuente de innovación y futuro del sector.
http://economia.elpais.com/economia/2014/02/14/actualidad/1392412830_720262.html
Cantos rodados para un río de historia
El Ayuntamiento de León en pleno ha
solicitado a la Junta la inclusión de la plaza de Santa María del
Camino como Bien de Interés Cultural.
Uno de los entornos más hermosos de la ciudad de León, la plaza del Grano, podría ser declarado Bien de Interés Cultural. Con ello se daría el justo reconocimiento que el espacio viene reclamando. El pasado medieval de León es uno de los acontecimientos históricos por lo que los leoneses se sienten más orgullosos. Uno de estos lugares donde no hace faltar mucha imaginación para evocar aquella época es la plaza del Grano. Remanso de tranquilidad, donde el tiempo ha quedado encarcelado, la plaza transmite la calma y la espiritualidad que difícilmente se pueda encontrar en otras zonas de la ciudad.
El empedrado, los soportales y la iglesia, única junto con San Isidoro de traza románica, le dan carácter, mostrando un León antiguo y genuino. Leyenda viva donde la tradición y la cultura encuentran su camino, la plaza del Grano guía a los papones, acoge a San Froilán y da reposo al peregrino.
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