viernes, 11 de abril de 2014

Qué pasa en Semana Santa...?



Procesión de los Pasos. León

Las multitudes invaden las angostas calles de los cascos históricos de las poblaciones españolas. Jaleo, bullicio, ambiente festivo, preceden a uno de los acontecimientos que mayor interés levanta entre la población española. Todo es alborozo, hasta que en la lejanía, un sonido seco, lúgubre, incluso rancio, que tiene la potestad de silenciar a las masas, va abriendo paso entre la multitud, afinando contra los muros a las curiosas almas. El sonido seco se ve alterado por el estridente sonido de las cornetas anunciando la llegada de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.


Semana Santa, historia y arte

Paso de la Flagelación del siglo XVI de Gaspar Becerra
Celebraciones de toda índole rememoran este hecho que algunos viven con profunda religiosidad, otros en un ambiente más pagano, pero todos con admiración y respeto por esta secular tradición. Contrasta el ambiente distendido, incluso alegre, de las procesiones del sur, con el sentimiento de sobriedad y solemnidad con el que se vive en el norte. Algunos lo achacan al carácter de las gentes, otros, sin embargo, en una reflexión más analítica, entroncan las procesiones con el origen de las mismas, tal y como las conocemos. Estas coincidieron con la aparición de los pasos, allá por finales del siglo XVI y comienzos del XVII. Eran los tiempos en los que a aquel Imperio español, donde nunca se ponía el sol, le llegaba el ocaso. La política hegemónica había arruinado las arcas del Estado, y en el siglo XVII las potencias europeas acechaban a la espera de darle “puntilla”. A ello se sumó los periodos de hambruna y pestes que asolaron la Meseta Norte, pues todo este mal que asoló España tuvo una especial virulencia en Castilla y León. Es por ello, que muchos aseguran que este sentimiento de sufrimiento y dolor que vivieron aquellas gentes dejó impronta en las procesiones.

Procesión del Santo Entierro. Zamora
Nacidas en el seno de una sociedad profundamente católica, las procesiones de Semana Santa reproducen la pasión, muerte y resurrección de Cristo, concediendo el protagonismo a los últimos días de su vida: el Domingo de Ramos con la entrada de Cristo en Jerusalén; el Jueves Santo con la Última Cena y despedida de los apóstoles; el Viernes Santo día de la pasión y muerte; y el Domingo de Resurrección. En este contexto toman protagonismo las cofradías que, como organizadoras, trabajan, muchas de ellas durante todo el año, en la preparación de procesiones y demás manifestaciones religiosas y espirituales.   

La Semana Santa como escapada vacacional

Plaza Mayor de Santillana del Mar.
Cantabria
Paseo en barco por los Arribes
del Duero. Salamanca
Semana Santa es uno de los periodos del año donde se produce un mayor éxodo turístico. Algunos deciden pasar estos días de descanso en un lugar localizado, que bien puede ser una de las ciudades cuyas procesiones han alcanzado la consideración de fiesta de Interés Turístico, aprovechando esta circunstancia para disfrutar del patrimonio, la gastronomía y, en definitiva, fusionarse con la propia población. Los museos son una opción perfecta para ampliar conocimientos y muchos optan por la visita a estos centros culturales. Los hay que prefieren disfrutar del sol y la playa, buscando, si el tiempo lo permite, el descanso en las costas, sobre todo, del levante, las islas y Andalucía. No es extraño observar en dichas playas una presencia significativa de bañistas. Se impone con fuerza la tendencia de aquellos que buscan el sosiego en la Madre Naturaleza. Disfrutar de entornos únicos naturales que además ofrecen una amplia variedad de actividades. 

La Semana Santa vivida de otra manera

Pasión Viviente de Castro Urdiales. Cantabria
Sin embargo el sentir y manifestar de la Semana Santa y la Pasión de Cristo se realiza de formas muy variadas, algunas son antiquísimas y parten de la edad media. Saliendo de la “rutina” procesional, proponemos alguna de estas manifestaciones que hemos considerado, cuando menos, originales. Indicar que a estos lugares se va a presenciar ritos ancestrales, a enriquecerse culturalmente, pero ante todo con respeto, evitando en todo momento interrumpir o molestar, dicho de otro modo, no convertir en una “verbena” algo que para la gente del lugar es sagrado y lo viven con profunda espiritualidad.

Procesión de los Empalaos.Valverde de la Vera. Cáceres
Los Empalados, del cacereño pueblo de Valverde de la Vera, tienen su origen en tiempos remotos, siendo considerada como fiesta de Interés Turístico Nacional desde el 18 de enero de 1980. A las doce de la noche, como marca la tradición, van apareciendo los penitentes ataviados con enaguas blancas que les cubre de cintura para abajo, además de un velo del mismo color con el que se cubren el rostro y que es sujetado por una corona de espinas. Un timón de madera dispone los brazos en cruz, sujetados por una soga de esparto con la que también se cubren el torso. Se completa el atavío con un par de vilortas de tres aros, una por brazo, acompañadas de una toga. En su recorrido, que lo realizan desprovistos de calzado alguno, están acompañados por los cirineos que les alumbran el camino con un farolillo y velan por su seguridad.    

Los Empalados realizan este rito motivados por una promesa realizada a Dios, en agradecimiento por una actuación que consideran hubo mediación divina. Así pues, caminan en silencio y cumpliendo penitencia, y en cada parada del Vía Crucis se arrodillan y oran en silencio. Al cruzarse dos penitentes se postrarán el uno ante el otro. Cumplidas las 14 estaciones del Vía Crucis se da por concluida la penitencia y procederá a regresar al hogar.

Procesión de Los Picaos. San Vicente
de la Sonsierra. La Rioja
Los Picaos, de la riojana localidad de San Vicente de la Sonsierra, también llevan celebrando su rito desde tiempos inmemoriales. Declarada con fiesta de Interés Turístico Nacional, viven los habitantes de la localidad este acontecimiento con auténtico fervor y espiritualidad. Es necesario pertenecer a la cofradía de la Santa Veracruz de San Vicente para disciplinarse. Otros requisitos son ser varón, mayor de edad y demostrar ante el párroco, que es quien emite el certificado necesario para participar, que la penitencia tiene un carácter religioso y no atiende a otra naturaleza de carácter pagano. Las mujeres, ausentes desde el siglo XVI hasta 1998, podrán pertenecer desde esta última fecha a la cofradía, pero su penitencia, denominada como Marías, consistirá en acompañar las procesiones, en un número no mayor de cuatro, ataviadas con el manto de la Virgen de los Dolores, el rostro cubierto y descalzas, algunas con cadenas. 

Acompaña en todo momento al penitente un hermano de la cofradía, quien se encargará de guiar, ayudar, aconsejar y proteger. Provisto del hábito, el Picado se dirigirá a la procesión o a la Hora Santa, donde se arrodillará y rezará al paso al que haya dedicado la ofrenda. Hecho esto, cogerá la madeja y se golpeará la espalda por encima del hombro, consecutivamente desde la izquierda y la derecha, durante unos 20 minutos. En ese plazo se suele recibir entre 800 y 1.000 azotes. Posteriormente colocará su cabeza entre las piernas del práctico quien se encargará de golpearle con una bola de cera dispuesta de seis cristales ordenados de dos en dos. Esta bola recibe en nombre de esponja y goleará tres veces por lado la espalda del penitente. Al estar dispuestos de dos en dos los cristales el número de pinchazos totales serán de doce. Hecho esto, el Picado se propinará otros entre 15 y 20 azotes más. Finalizado el acto de penitencia, Picado y acompañante se dirigirán a la cofradía para que sea lavado y curado con agua de romero.

Estos actos se dan principalmente en la Semana Santa: Jueves Santo a las 7:30 horas y 23:00 horas; el Viernes Santo a las 11:30 horas y se repetirá a las 20:30 horas. Pero también tendrá cabida el 3 de mayo, Cruz de Mayo, a las 18:00 horas y el 14 de septiembre o el domingo siguiente, Cruz de Septiembre, a las 18:00 horas.

Procesión de los Sudarios. Bercianos de Aliste. Zamora
La Procesión del Santo Entierro de Bercianos de Aliste, en la provincia de Zamora, es una de las más hermosas representaciones de Semana Santa, destacando su sacralidad y espiritualidad. Cuenta Bercianos con una cofradía formada por hombres y mujeres, la del Santo Cristo de la Cruz o del Santísimo Entierro, cuyo origen se pierde en el siglo XVI. Es significativa la vestimenta, una túnica blanca, que habrá de ser la mortaja del cofrade y según la costumbre debe ser confeccionada por la novia al prometerse. Acompañan a la túnica un caperuz y las medias. Según cuenta la tradición el hecho de utilizar esta vestimenta en la procesión del Viernes Santo radica en un acto de reconocimiento, al verse la población libre, milagrosamente, de una epidemia que asolaba las tierras colindantes, en tiempos ancestrales.


Tradicional capa parda
zamorana
Los participantes en la procesión pueden ser o no de la cofradía, radicando la única diferencia en el uso de túnica, caperuz y medias, por parte de los cofrades. Los hombres viudos o de mayor edad visten con la tradicional capa parda. No resulta difícil ver cofrades que realizan descalzos el recorrido. Tras los actos litúrgicos, en los que el sacerdote hace un recorrido por la pasión de Cristo, se procede a bajar de la cruz al Cristo articulado y depositarlo en una urna de cristal, que será cargada por los penitentes y llevada en solemne procesión en un recorrido de más o menos un km hasta el Calvario, donde se cantan Las Cinco Llagas, se reverencia las cruces y se regresa cantando el Miserere.


Pasión Viviente de Castro Urdiales. Cantabria
El impresionante despliegue que hace la localidad de Castro Urdiales, para escenificar la Pasión Viviente, bien merece que sea otro de los posibles destinos a tener en cuenta. Cada año la Organización Cultural Pasión Viviente es la encargada de preparar con celo esta función al aire libre. La entrega y el realismo con el que ponen en escena los últimos momentos de la vida de Jesucristo le ha valido el reconocimiento de fiesta de Interés Turístico Nacional. La Pasión Viviente se lleva celebrando desde el año 1984 y lleva una preparación de meses de trabajo en la que se cuida con celo decorados, ropas y utensilios de la época, para que todo esté a punto el día de la representación, sin que falte detalle. Queda la hermosa población de Castro Urdiales y el mar Cantábrico como decorado natural. 


Entierro de Genarín. Jueves Santo. León
Uno de los cultos más curiosos que se dan en Semana Santa es precisamente pagano, el culto a Genarín. Esta tradición aglutina a miles de personas atraídas por el exuberante festejo. La expectación que congrega el acto, celebrado el día de jueves Santo, sino eclipsar, logra hacer sombra a las procesiones de la ciudad, teniendo en cuenta que la Semana Santa de León es de Interés Turístico Internacional. Esta popularidad le viene de largo, tal fue así que allá por finales de los 50 del siglo pasado, el régimen de Franco prohibió la celebración porque se decía que eran más los devotos a Genaro que a la propia Pasión.

Muchos se preguntarán, ¿quién era Genarin? Este singular personaje era un conocido personaje de vida licenciosa y pellejero de profesión, que vivía en la ciudad de León, allá por los años veinte del siglo pasado. La suerte o desgracia quiso que tal pintoresco personaje fuese atropellado por el primer camión de la basura mientras hacía sus necesidades. Su muerte propició que un grupo de cuatro personas, denominados Evangelistas, decidieran mantener viva la memoria de Genaro.

La procesión recorre las calles del casco histórico de la ciudad que solía frecuentar Genarin, para terminar al pie de la muralla medieval, lugar donde fue atropellado. Allí se le hacen los honores, y un asignado, denominado Hermano Trepador, escalará la muralla para dejar la ofrenda de queso, pan, naranjas, una corona de laurel y una botella de orujo. No hace falta decir que el alcohol, preferiblemente orujo, es el protagonista, junto al malogrado Genarín, de la fiesta.

Aquellos que os queráis pasar por León en Semana Santa aconsejo que no os perdáis las procesiones religiosas de la ciudad, pero también os animo a acudir al Entierro de Genarín. Allí encontrareis una celebración ante todo original, frívola para algunos, divertida para otros. Lo cierto es que es digna de ver. Muchos la consideran como un insulto y una falta de respeto, nadie queda obligado, con no ir problema solucionado. 



Semana Santa soriana
La Semana Santa se vive de muchas formas, teniendo como nexo de unión la espiritualidad. Estas manifestaciones logran concentrar en un punto concreto a miles de visitantes, atraídos por su vistosidad. Un claro ejemplo son las procesiones que recorren las poblaciones de Castilla y León, muchas de ellas declaradas de Interés Turístico Internacional, como es el caso de Valladolid, Zamora, León, Salamanca, Medina de Rioseco, Palencia, Medina del Campo o, la recientemente declarada como tal, Semana Santa de Ávila. Pero al margen de los títulos que se le pueda poner a la Semana Santa, sea cual sea la celebración que se de en Castilla y León va a contar con el encanto propio de esta impresionante región, Burgos, Soria, Astorga, Segovia o Peñafiel, son otros de los lugares que desde aquí aconsejamos.


Procesión en la noche granadina

Hablando de Semana Santa, quedaría incompleto cualquier escrito que no hiciese referencia a Andalucía. Esta comunidad vive estos días con fervor y devoción. Contrasta con las celebraciones del norte en la forma de vivirlas, en un ambiente más optimista y jovial, que sin embargo, en ningún momento se aparta de la función principal, vivir con intensidad la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Málaga, Sevilla o Granada ostentan también la consideración de fiestas de Interés Turístico Internacional y son otros de los lugares a tener en cuenta cuando se programe las vacaciones.

Recreación de la Pasión en Chinchón
Concluiremos este apartado haciendo referencia a un par de celebraciones, que si bien no tienen la repercusión de las celebraciones castellano-leonesas o andaluzas, nos ha llamado la atención por el encanto que guardan. Almendralejo tiene una singular Semana Santa, destacando la procesión de la Borriquita de San Roque del Domingo de Ramos, el rezo de los Tres Credos o el día de los Caramelos, celebradas estas dos últimas en Jueves Santo. La otra celebración que proponemos nos lleva hasta Chinchón y su representación viviente de la Pasión y Muerte de Cristo. Considerada como fiesta de Interés Turístico Nacional, busca, avalada por la confluencia que recibe cada año de más de 20.000 personas, subir esa categoría a fiesta de Interés Turístico Internacional.
 

La gastronomía de la Semana Santa

Potaje de garbanzos con bacalao
Torrijas
Tan fuerte ha sido el sentir de la Semana Santa en España que ha influido en los propios fogones de las distintas tierras españolas. Muchos y variados son los platos propios de esta época, convertidos en auténticos manjares, satisfaciendo todo tipo de paladar y que vienen determinados, en muchos casos, por la tradición, que exponía que el Viernes Santo no se podía ingerir carne. Las sugerencias para estas épocas van en sintonía con la riqueza gastronómica española, pero quizás dos sean las que se demarquen por encima del resto, las torrijas y el bacalao, este último preparado de muy diversas maneras. Entre las opciones que no da el bacalao encontramos el potaje de vigilia, los buñuelos, croquetas o tortillitas. En el norte de España son frecuentes las sopas de ajo, en sintonía con el rudo clima. La purrusalda, elaborada con bacalao, tiene su origen en la zona vasco-navarra, pero que se ha generalizado a otras regiones. Como alternativa al bacalao está el chicharro escabechado con crema de rúcula. En las cocinas de Huelva es tradicional la raya con pimentón. 

Congrio
Pero donde la gastronomía de Semana Santa aporta una mayor variedad es en la repostería. A las citadas torrijas se le unen una serie de exquisiteces. El hornazo es común en muchas regiones, pero quizás goce de una mayor reputación en la provincia de Salamanca. Por comunidades tenemos los pestiños andaluces, las filloas de Galicia, también típicas de Asturias y León, donde reciben otros nombres, el frangollo canario, los orejones vascos, los roscos y rosquillas tan tradicionales en Castilla y Andalucía, la mona de Pascua catalana o el arroz con leche y la leche frita que tanto gusta en Cantabria.  

Andrés Calzada Blanco

No hay comentarios :

Publicar un comentario